El mercado inmobiliario está experimentando un “proceso de ordenamiento”, sin uniformidad y se prevé que en los próximos meses se asiente una tendencia más clara y sólida. Así lo reflejaron, en diálogo con Norte Económico, el empresario inmobiliario, Martín Macías, y el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán, Fernando Guzmán. 

Tras la derogación de la Ley de Alquileres que establecía contratos de tres años, con ajuste anual en base al Índice de Contratos de Locación (ICL) o el de Casa Propia, hay una tendencia que se asentó en las últimas semanas. “La tendencia general, debido a los niveles inflacionarios, es reducir los plazos de ajuste y llegar a un punto en el que ninguna de las partes se sienta significativamente perjudicada”, explicó Macías. 

El empresario advirtió que igualmente resulta complicado lograrlo debido a que “ambas partes se ven afectadas por la inflación”. “Dada la falta de previsibilidad en los próximos meses respecto a la inflación, se está proponiendo que el ajuste de los alquileres se realice en función de la inflación durante un periodo determinado. Este periodo suele ser trimestral o cuatrimestral, buscando llegar a acuerdos en estos puntos. En cuanto a la duración de los contratos, en el ámbito residencial se está retomando la práctica de dos años”, advirtió. 

Por su parte, Fernando Guzmán aseguró que, según un análisis interno llevado a cabo por el Colegio, se están acordando actualizaciones trimestrales, cuatrimestrales y semestrales de manera bastante equitativa entre las partes. “Aún no podemos identificar una tendencia generalizada para afirmar que en Tucumán se esté inclinando hacia una opción específica. En mi opinión, es demasiado temprano para determinarlo, y creo que seguiremos en este tipo de negociaciones hasta que realmente observemos una consolidación hacia un solo enfoque en la mayoría de los contratos”, indicó.

Entonces, a medida que avanzan los días, el mercado opera mediante contratos de alquiler con una duración de dos años, con ajustes que comienzan en el tercer, cuarto o sexto mes, dependiendo de lo pactado entre las partes, y están atados a la tasa de inflación. “Creemos que este enfoque es el más adecuado. Entendemos que, cuando hablamos de partes razonables, todos comprenden perfectamente que esta es la mejor manera de estructurar un contrato”, precisó Guzmán.

Leve movimiento

Respecto a si este panorama intensificó la oferta y la demanda en el sector, Macías confirmó que se observa un mayor número de consultas, aunque cerrar contratos de alquileres se volvió un “proceso complejo”. “Requiere extensas conversaciones y negociaciones para establecer una tendencia más evidente en el mercado. Dado que estas prácticas son relativamente nuevas, se requiere un mayor tiempo y esfuerzo en las negociaciones para alcanzar puntos de acuerdo; creo que nos llevará uno o dos meses adicionales lograr la normalización de contratos más flexibles y ajustados a la nueva realidad inflacionaria”, afirmó.

En tanto, el titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios explicó cuál es el movimiento que sí se ha visto en mayor aumento durante los últimos días. “Estamos observando que se reactivó el mercado de compra de propiedades para alquiler y esto podría generar un aumento en la oferta de inmuebles”, precisó. 

“Hace algún tiempo, era inusual que alguien expresara su intención de comprar un departamento para alquilar, ya que se percibía que la legislación era perjudicial para el mercado. Creo que el proceso para incrementar la oferta de inmuebles será más gradual, pero sí anticipamos un aumento en la cantidad de transacciones y una reactivación de los desarrollos, ya que estamos rezagados en muchos proyectos. Esperamos que esto genere empleo, inversión y más propiedades disponibles”, lanzó.

Proceso de reordenamiento

Así definió Macías a la actualidad del sector, entendiendo que hay una tendencia que es la más aceptada por las partes, pero asegurando que todavía restan algunas definiciones que podrían concretarse en los próximos meses. “En lo que respecta a los plazos de actualización de precios, ya sea trimestral, cuatrimestral o semestral, aún no hay una uniformidad en los contratos residenciales. Mientras que los contratos comerciales tienden a tener una tendencia trimestral, en el ámbito residencial, que solía tener actualizaciones anuales, se está hablando ahora de intervalos de entre tres y seis meses, pero sin una definición clara. Este proceso de ordenamiento continuará, y creo que en los próximos dos o tres meses tendremos una tendencia más clara y sólida en cuanto al plazo de ajuste”, analizó.

“Entiendo que cuando el Estado interviene menos en las relaciones privadas, el mercado tiende a reaccionar de manera más positiva. En este sentido, deberíamos permitir que el mercado continúe así funcionando por sí solo y, en caso de identificar afectaciones a alguna de las partes, considerar intervenciones puntuales. En mi perspectiva, si el Estado decide intervenir, debería hacerlo a través de obras y acciones concretas, como la construcción y entrega de viviendas”, concluyó Guzmán.