En los últimos días, el dólar blue ha sido objeto de intensos debates en el ámbito económico argentino debido a que su valor volvió a aumentar en estos días después de un tiempo de relativa calma. Dos reconocidos economistas tucumanos, Gustavo Wallberg y Osvaldo Meloni, dialogaron con Norte Económico y ofrecieron sus perspectivas sobre los factores que están impulsando esta tendencia y las posibles implicaciones para la economía del país.

Según Gustavo Wallberg, varios elementos están convergiendo para impulsar la demanda de dólar blue. “En primer lugar, la disminución de la tasa de interés establecida por el Banco Central hizo que las inversiones en pesos sean menos atractivas. Aunque aún ofrecen rendimientos superiores al dólar oficial, esta brecha se está reduciendo y se sitúa por debajo de la tasa de inflación, lo que desalienta a muchos inversores a permanecer en el mercado local”, analizó.

Además, la sospecha de un posible atraso cambiario y la incertidumbre sobre la eliminación del cepo cambiario también están influyendo en la demanda de dólares. “La demora en tomar medidas concretas para levantar el cepo aumentó la percepción de que el dólar, incluido el blue, seguirá siendo relativamente barato en el futuro, lo que atrae a más compradores”, señaló.

En cuanto al impacto del dólar blue en la inflación, Wallberg asegura que es limitado, ya que los principales actores económicos “aprendieron de experiencias pasadas y no ajustarán los precios en función de aumentos que aún no se han materializado”. “Además, el mercado del dólar blue es relativamente pequeño y susceptible a cambios bruscos, lo que dificulta predecir su comportamiento a largo plazo”, precisó.

En contraste, Osvaldo Meloni plantea que es difícil analizar movimientos de corto plazo como los observados en el dólar blue. Sin embargo, coincide con su colega en que las abruptas disminuciones en la tasa de interés impuestas por el Banco Central han provocado una salida de depósitos de plazo fijo y otras inversiones hacia el dólar.

“Dado que la inflación que se espera para los próximos meses es del orden del 5%, un inversor enfrenta una tasa de real negativa y por lo tanto prefiere sacar el dinero de esa colocación y refugiarse en el dólar”, indicó.

Meloni precisó que esta dinámica refuerza la estrategia fiscal del Gobierno al sanear el Banco Central y reducir los intereses pagados por las letras de corto plazo, aunque con el riesgo de incentivar la salida de capitales hacia el dólar.