La venta de insumos para la construcción experimentó una recuperación del 6,43% en abril según el reporte del Índice Construya. Se trata de una suba porcentual respecto al mes de marzo pero que sigue muy por debajo en la comparación interanual, evidenciando una caída del 33,2% respecto al mismo mes del año pasado. 

El reporte del Grupo Construya, empresa referente del sector que tiene como objetivo fomentar la construcción, reveló que la demanda se mantiene retraída, influenciada por la caída del poder adquisitivo y la necesidad de ajustar los inventarios a la nueva situación económica. Además, persiste una actitud de cautela entre los inversores, que prefieren adoptar una postura de espera.

En el acumulado de enero a abril de 2024, los despachos del grupo Construya han resultado un 33,1% inferiores a los del mismo período del año anterior. Este dato muestra una tendencia de decrecimiento sostenida en el transcurso del año en comparación con el ejercicio anterior.

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Directa o indirectamente, estos datos se vieron impactados por la reducción de la obra pública determinada por el Estado. De acuerdo a los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), la inversión real directa ejecutada por el Gobierno fue un 83,4% menor durante el primer trimestre de este año en comparación con el mismo período de 2023.

Si bien el Índice Construya monitoriza la evolución de las ventas al sector privado de una variedad de productos para la construcción fabricados por las empresas líderes del grupo (ladrillos cerámicos, cemento portland, cal, aceros largos, carpintería de aluminio, adhesivos, pinturas impermeabilizantes, sanitarios, entre otros), refleja la realidad que experimenta el sector y que también impacta en los puestos de trabajo. 

“Hoy la construcción atraviesa por un estado de desconcierto general”, afirmó hace algunas semanas el titular de la Cámara Tucumana de la Construcción (CTC), Jorge Garber. Actualmente, según los datos de la Uocra, son más de 3.000 personas ligadas a la construcción perdieron sus puestos de trabajo en la provincia. 

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Una alternativa

Ante este escenario, una alternativa que cobró fuerzas en las últimas semanas y podría materializarse en Tucumán es un modelo de participación público-privada (PPP). Se trata de un tipo de contrato de modalidad alternativa a través de la cual el contratista asume la responsabilidad por la obtención de una parte sustancial del financiamiento del proyecto por parte de la autoridad contratante. 

Si tiene éxito, este modelo, que implicaría la colaboración de entidades intermedias, el Estado y empresas privadas, se implementará principalmente en proyectos relacionados con la construcción de viviendas.