AscendNova Group, el grupo mexicano-estadounidense que adquirió la operación de Tupperware en Argentina, anunció una inversión de U$S10 millones para el lanzamiento de A-Ware, una nueva marca destinada a diversificar la oferta de productos y fortalecer la red de ventas directas. El plan busca revertir la pérdida de revendedoras que sufrió la compañía luego de que Tupperware se declarara en quiebra en Estados Unidos en septiembre de 2024.

Miguel Fernández, presidente de AscendNova Group y exCEO mundial de Tupperware, explicó que la inversión se orientará al desarrollo de productos, tecnología e innovación con foco en el consumidor argentino. “Antes mirábamos lo que funcionaba en otros países y lo traíamos a la Argentina. Hoy pensamos primero en el consumidor argentino”, señaló.

La nueva línea incluirá artículos para el hogar en vidrio, cerámica, melamina y hierro fundido, además de productos de belleza y bienestar. Según Paola Freinquel, Gerente General de Nova Brands, esto permitirá que las revendedoras amplíen su oferta más allá de la cocina: “Ahora podrán vender productos para toda la casa: lavadero, baño, habitación”.

Recuperar el canal perdido

La estrategia responde a una crisis que redujo drásticamente la fuerza de ventas. De más de 80.000 revendedoras activas en el pico post-pandemia, la red cayó a apenas 20.000 en enero de 2025. “Perdimos muchas revendedoras”, admitió Fernández. Hoy la compañía ya recuperó hasta 30.000 vendedoras y espera cerrar el año con 40.000, gracias a un programa agresivo de incentivos para gerentes y consultoras.

El plan también contempla una red de proveedores en China, donde Fernández viajará próximamente para evaluar más de 10.000 productos. La apuesta se aleja del modelo de desarrollo interno que Tupperware había discontinuado en 2018. La primera prueba ya resultó exitosa: una línea de viandas de vidrio con compartimentos se agotó en su lanzamiento inicial de entre 3.000 y 4.000 unidades.

De la bancarrota global a la reinvención local

El relanzamiento argentino se produce tras el colapso mundial de Tupperware en 2024, cuando la compañía acumuló deudas por más de US$ 800 millones. El modelo de negocio tradicional se había vuelto obsoleto frente a la falta de diversificación en ventas. En ese contexto, la compañía en EE.UU. decidió rescatar solo 8 de los más de 40 mercados en los que operaba, excluyendo a la Argentina.

“Me enteré por LinkedIn que Argentina quedaba afuera. Fue una buena noticia para nosotros”, recordó Fernández en diálogo con Forbes Argentina. Junto con Héctor Lezama (ex Chief Commercial Officer de Tupperware) y el estadounidense Korchaguin Jimenez, creó AscendNova específicamente para adquirir y gestionar las operaciones locales.

Actualmente, el grupo renta la propiedad intelectual de Tupperware, mantiene un acuerdo de ventas mínimas y planea superarlas con facilidad.

Una apuesta con proyección

A-Ware conservará el modelo de venta directa, que representa el 98% de las ventas. Las revendedoras recibirán márgenes de al menos 25%, con promociones que pueden llegar al 50%.

Además, la compañía ensaya un proyecto piloto de puntos de venta físicos para que las revendedoras operen locales propios en sus comunidades, sin esquema de franquicia. Ya funcionan cinco locales de prueba, con la meta de escalar hasta 1.000 si la iniciativa resulta exitosa.

La transformación incluye también la incorporación de inteligencia artificial: un chatbot para capacitar en reclutamiento y ventas, junto con la modernización del sistema de pedidos antes de fin de año, en versiones digital y analógica para no excluir a ninguna generación de revendedoras.

Con presencia también en Colombia, Grecia, Turquía, Bulgaria y Chipre, AscendNova iniciará el lanzamiento progresivo de A-Ware en el último trimestre de 2025, confiando en que Argentina será el eje de su crecimiento regional.