Reforma del INTA: advierten que el 75% del personal en Tucumán y Santiago podría ser despedido
El Gobierno nacional eliminó el Consejo Directivo, limitando la participación del sector productivo. El campo expresa preocupación por la pérdida de autonomía.
El Gobierno nacional, mediante el Decreto 462/2025, oficializó la transformación estructural del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) con el objetivo de “corregir ineficiencias” y “modernizar su estructura”. Según los fundamentos del texto, la medida responde a un sobredimensionamiento organizativo, con 932 cargos jerárquicos y una dotación de 6.059 agentes a abril de 2025, además de deficiencias en el control interno señaladas por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) en 2022, particularmente en la gestión de convenios, finanzas, compras y contrataciones.
La nueva estructura convierte al INTA en un organismo desconcentrado dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, eliminando su histórico Consejo Directivo, el cual es reemplazado por un Consejo Técnico asesor sin atribuciones presupuestarias. Este nuevo cuerpo estará integrado por el presidente del organismo y siete miembros designados por el Ejecutivo, quienes deberán tener experiencia reconocida en materia agropecuaria y, al menos cuatro de ellos, título universitario.
En este nuevo esquema, el presidente del INTA tendrá amplias atribuciones, como gestionar el patrimonio del organismo, dictar su reglamento interno y determinar la organización de los Centros de Investigación, Estaciones Experimentales, Institutos y Laboratorios.
Desde la región, el director Luis Erazzú, quien coordina el organismo en Tucumán y Santiago del Estero, alertó sobre el posible impacto de la reestructuración en la planta de personal: “Hoy enfrentamos amenazas que podrían modificar gravemente la gobernanza institucional, reduciendo la participación de los sectores productivos en las decisiones del INTA. Además, se habló de despidos que, en nuestra región, afectarían al 75% del personal. Eso comprometería de manera directa nuestro aporte al desarrollo tecnológico y productivo.”
A su vez, el vicegobernador de Tucumán, Miguel Acevedo, manifestó su respaldo al trabajo del organismo: “Esta institución tiene un prestigio enorme y cumple un rol fundamental en la mejora de la producción local. Respaldamos su tarea frente a un contexto nacional adverso que no siempre comprende su relevancia federal.” También subrayó que “muchos productos en nuestra mesa y empresas locales han crecido gracias al INTA y al CONICET”, destacando la falta de reconocimiento desde los centros de poder en Buenos Aires.
La decisión del Ejecutivo provocó reacciones encontradas en el sector agropecuario. La Mesa de Enlace, integrada por Coninagro, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria Argentina y Sociedad Rural Argentina, expresó su “incertidumbre y preocupación” ante la pérdida de autonomía del INTA: “En un país históricamente vulnerable a las modificaciones impulsadas por los sucesivos gobiernos, estamos convencidos de que los organismos oficiales y las instituciones público-privadas deben contar con un funcionamiento autónomo y estable”.
No obstante, también reconocieron la necesidad de modernizar el organismo y potenciar su rol como motor de desarrollo e innovación. “Reclamamos ser convocados para evaluar las implicancias del nuevo esquema”, afirmaron.
Por su parte, el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), liderado por José Martins, respaldó la reforma como “una oportunidad histórica para lograr una transformación saludable para el INTA”, aunque pidió evitar una fusión con el INTI, eliminar cargos políticos, profesionalizar al personal, establecer rendiciones de cuentas transparentes y fomentar la articulación público-privada.
En cuanto a la red territorial del INTA, el decreto determina que los Centros de Investigación y Estaciones Experimentales quedarán bajo la coordinación directa del presidente, asesorado por el Consejo Técnico. Los Consejos Regionales y Locales mantendrán un rol meramente consultivo, y en cada Estación Experimental podrá haber un Consejo Local Asesor, con participación de técnicos, productores y representantes provinciales, aunque sin funciones decisorias.
La exclusión de entidades como CREA y universidades del nuevo esquema de gobernanza es otro de los puntos que más críticas ha despertado en el interior productivo. La reforma del INTA, en este sentido, reconfigura el vínculo entre ciencia, territorio y producción en una región que depende del conocimiento como motor clave para su desarrollo agroindustrial.