Un tucumano es protagonista en un estudio internacional sobre prótesis visuales
Fernando Farfán, docente de la UNT, participa de una investigación publicada en una prestigiosa revista científica que analiza cómo el cerebro se adapta a la visión artificial.
Un avance significativo en el desarrollo de neuroprótesis visuales -dispositivos que buscan devolver la visión a personas ciegas mediante impulsos eléctricos dirigidos al cerebro- cuenta con el aporte fundamental de un tucumano: Fernando Farfán, docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
Farfán integra un equipo internacional liderado por el Grupo de Neuroingeniería de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, España, conducido por el investigador Eduardo Fernández. El estudio fue publicado en la prestigiosa revista científica Cerebral Cortex y representa un nuevo paso en la comprensión de cómo el cerebro humano responde a la visión artificial generada por estas prótesis.
¿Cómo funciona esta tecnología?
El trabajo experimental se centró en la implantación de una matriz de microelectrodos en la corteza visual de dos personas ciegas. Esta tecnología permite generar fosfenos -percepciones luminosas sin estímulo visual externo- mediante la estimulación eléctrica directa del cerebro, lo que permite a los pacientes recibir señales visuales artificiales.
Farfán ya había participado en 2021 de una prueba pionera realizada por el mismo grupo, en la que se implantó exitosamente una neuroprótesis visual en una mujer ciega, noticia que tuvo repercusión en medios internacionales.
En esta nueva etapa del proyecto, el rol del investigador tucumano fue clave en la validación electrofisiológica: “Observamos lo que sucede a nivel cerebral cuando las personas ciegas interactúan con esta tecnología. La gran pregunta es si el cerebro logra volver a procesar esos fosfenos como información visual real, luego de años de ceguera”, explicó Farfán.
El cerebro, en tiempo real
Durante varios meses, se registró la actividad cerebral de los participantes mediante electroencefalografía (EEG). Estos registros revelaron que el cerebro de cada paciente respondió de manera diferente: uno mostró cambios en frecuencias cerebrales bajas, y el otro en frecuencias más altas, lo que sugiere una adaptación única de cada cerebro influida por factores como la edad, el tiempo de ceguera o el entrenamiento previo.
Además, con el paso del tiempo, los investigadores observaron una reducción de la conectividad cerebral global, un fenómeno interpretado como un signo de eficiencia: “Inicialmente, la actividad fue intensa. Luego se volvió más localizada, como si el cerebro aprendiera a procesar esta información de manera más eficiente”, señaló Farfán.
Nuevas estrategias para la neurorehabilitación
Más allá del avance en el campo de la visión artificial, el estudio abre puertas a nuevas estrategias de neurorehabilitación. La investigación aporta evidencia sobre la plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro para adaptarse y reorganizarse ante estímulos nuevos.
“Comprender cómo el cerebro responde a la estimulación eléctrica no solo mejora las neuroprótesis visuales. También puede aportar ideas para el tratamiento de enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o para personas que han sufrido un ACV”, destacó el investigador tucumano.
Los autores del estudio también subrayaron la importancia de combinar estos avances tecnológicos con programas de rehabilitación cognitiva personalizados, para facilitar que el cerebro interprete de forma adecuada la información artificial. “No se trata solo de perfeccionar los implantes. El verdadero desafío está en acompañar su uso con estrategias que ayuden al cerebro a adaptarse”, concluyó Farfán.
El artículo completo puede consultarse en la publicación oficial de Cerebral Cortex:
🔗 https://academic.oup.com/cercor/article-abstract/35/4/bhaf075/8104078?redirectedFrom=fulltext